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Halloween 2024 - 10 títulos para una noche de auténtico terror

Lectura de 8 min.

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En estas fechas ya sabéis que a las criaturas de la noche nos gusta juntarnos y regocijarnos en el placer (algo masoquista) que sólo pueden proporcionar aquellas propuestas que cuando las ves, te infectan para que nunca jamás puedas sentirte a salvo.

 

El reto para lxs integrantes del equipo de programación era sencillo: ¿Con qué película has pasado más miedo?

 

Las respuestas nos llevan del genio histórico de Tobe Hooper a las imágenes del futuro (esto sí, en formato VHS) de Kane Parsons, pasando por los aterradores maniquíes de David Schmoelller o el escalofriante hogar de Kyle Edward Ball.

 

Todo esto y mucho más, en nuestra batería de recomendaciones para Halloween.

 

A disfrutar... ¡y a pasarlo muy mal!

 

Ángel Sala - Director Artístico

Trampa para turistas (David Schmoelller, 1979)

Una de las películas que me aterrorizo de joven fue Trampa para turistas, de David Schomoeller,  un American Gothic derivación de La matanza de Texas con elementos de Los crímenes del museo de cera y toques sobrenaturales con un inicio aterrador y un clímax final no menos impactante. Fue el primer contacto de Charles Band como productor con el subgénero de los muñecos diabólicos algo que se convirtió después en un leitmotiv de su carrera con películas como Dolls o la saga Puppetmaster. Trampa para turistas tenía un tono más serio, una pesadilla filmada a modo de terribles maniquís y un maniaco enmascarado convertida en un título de culto, con un papel inédito para el gran Chuck Connors.

 

Mònica Garcia i Massagué - Directora de la Fundación

Demonios (Lamberto Bava, 1985)

En el ranking personal de películas que me han hecho rozar el pánico sitúo con cariño la cinta de Lamberto Bava Demonios. La primera vez la vi en su fecha de estreno en España (allá por 1985), es decir, con doce añitos y en compañía de mi hermana (dos años menor que yo) y mi abuelo. A los ojos de la responsabilidad parental de hoy en día aquello fue toda una abominación pedagógica, pero para mí supuso desatar (aún más) mi amor incondicional por el género de terror y sembrar en mi inconsciente un pánico irracional (o no tanto) por los aseos en las salas de cine. No hay mucho que explicar sobre uno de los títulos clave del fantástico italiano, pero destaco aquí su maestría en llevar a cabo un ejercicio de metacine arquitectónico, ya que el horror se desata en una sala en la que quedan atrapados los protagonistas; la posesión demoníaca transmisible y los efectos visuales con un maquillaje capaz de nutrir las pesadillas de cualquier espectador.

Disponible en Movistar Plus+ y FlixOlé

 

Diego López-Fernández - Adjunto de Dirección

El misterio de Salem's Lot (Tobe Hooper, 1979)

Difícil tarea enumerar o elegir un único título que, por circunstancias adheridas al miedo, hayan dejado una huella profunda en un servidor… pero puestos a seleccionar un momento clave conectado al terror, se lo concedo a El misterio de Salem’s Lot y su emisión en televisión a mediados de los años ochenta, seguramente en formato serie. En concreto la secuencia del transporte del ataúd en el camión, con el nerviosismo del conductor y su acompañante y los ruidos de la parte trasera del vehículo. Aquellos minutos me dejaron paralizado, sin respiración, viviendo con pánico delante de la pequeña pantalla la pasión por el cine a través del horror.

 

Annick Mahnert - Dirección de Programación

La mansión encantada (Robert Wise, 1963)

Una de las películas más terroríficas jamás realizadas. Nunca se ve nada que dé tanto miedo, pero todo está en lo que se oye. Algo que toca a las puertas, murmullos, voces distorsionadas que resuenan en los pasillos... A diferencia de otras películas de terror más tradicionales, la adaptación de Robert Wise de The Haunting of Hill House trata de las cosas que no se ven. El director juega magistralmente con nuestros sentidos y nuestro miedo a la oscuridad. ¡Una película imprescindible para todos los cinéfilos del género!

Disponible en Filmin

 

Gerard Casau - Comité de Selección

Skinamarink (Kyle Edward Ball, 2022)

Debemos reconocer que Skinamarink es una obra extremadamente frágil, pues basta con acercarse a ella en un entorno poco favorable (a la luz del día, con el volumen bajado, o en compañía de alguien poco receptivo) para que se desintegre. Pero si el entorno es el adecuado, su capacidad de sugestión es arrasadora. Situada en una zona liminal entre el creepypasta y la vanguardia que bucea en el espacio negativo, logra algo extremadamente raro en el cine de género: que resulte imposible prever su tempo y evolución. No sabemos cuánto durará cada plano, ni qué nos espera detrás de cada esquina/corte. Y es esa desorientación lo que devuelve la inocencia (y la indefensión) a nuestra mirada. En mi caso, me transporta a las noches de infancia en las que creía ver monstruos en la oscuridad de mi habitación. Ahora es mi turno de decirle a mi hija que allí no hay nada… Pero en el fondo sé que eso es mentira.

Disponible en Filmin

 

Gloria Fernández - Comité de Selección

El sótano del miedo (Wes Craven, 1991)

No es una de las películas con las que más miedo he pasado, pero sí una a la que siempre vuelvo cuando se acerca Halloween. Hilarante y bizarro, este ejercicio de terror urbano de Craven tuvo muchos detractores en su momento, aunque siempre ha sido un film recurrente de mi imaginario juvenil. ¿Quizás porque está basado en hechos reales? Porque, ¿detrás de los sustos y el gore hay temas tan profundos como la justicia social, el abuso a menores, los prejuicios raciales o la solidaridad? Venga, os invito a pasar miedo y a reflexionar un poquito también.

 

Enrique Garcelán - Comité de Selección

El resucitado (The Resurrected) (Dan O'Bannon, 1991)

El cine Retiro es uno de los cines en los que más miedo he pasado. En 1991 lo descubrí. Basada en la novela de H.P Lovecraft, El caso de Charles Dexter Ward, el director estadounidense relacionado con películas como (Alien, Lifeforce, fuerza vital, Aliens o Desafío total), me dejó pegado a la butaca con El resucitado (The Resurrected), una historia acerca de la resurrección de los muertos. Los cuarenta minutos finales, el descenso a las catacumbas, no creo que pueda olvidarlo. Salí del Festival de aquel año con ganas de recuperar aquella película, pero internet todavía era un bebé. Tardé en volver a verla más de 20 años. Y sí, sigue dando miedo. Mucho miedo.

 

Omar Parra - Comité de Selección

La maldición (The Grudge) (Takashi Shimizu, 2002)

En pleno auge del J-horror, llega esta película del director japonés Takashi Shimizu. Se trata de un remake de su versión para televisión llamada Ju-on, que realizó dos años antes. Estamos ante una película realmente aterradora. Aunque es cierto que la película muestra mucho de la cultura japonesa, lo cual puede resultar algo impactante para el público europeo, pronto logra atraparte en su atmósfera densa y terrorífica. Los dos fantasmas que introduce Shimizu, Kayako y Toshio, son realmente escalofriantes, y cada una de sus apariciones te provocará pesadillas durante mucho tiempo. El éxito de este filme fue tan rotundo que, tan solo un año más tarde, ya teníamos su secuela (seguida de muchas otras) y, además, vino acompañada de un remake estadounidense. Como curiosidad, destaca Sadako vs. Kayako, donde la protagonista de Ringu se enfrenta a la de Ju-on, en una propuesta digna de la franquicia Scary Movie y un signo de cuán famosa se ha vuelto la figura de Kayako. Así pues, si este Halloween quieres pasar verdadero miedo, Ju-on: The Grudge debería estar en tu lista.

Disponible en Movistar Plus+

 

Domingo López - Comité de Selección

Sorum (Yun Jong-chan, 2001)

Para no caer en obviedades o lugares comunes he hecho memoria de cuándo pude haber pasado miedo de verdad dentro del propio festival de Sitges y he recordado una joya coreana que se proyectó en 2001, estando yo de jurado en un año de lo más propicio para el cine asiático fantástico. La película en cuestión era una asfixiante historia ambientada en un tenebroso bloque de apartamentos, un cuento de terror atrapado entre el presente y el pasado, de esos de cocción lenta, atmosférico, con sangre y espectros del otro lado, pero con un algo más difícil de explicar, un terror procedente de lo cotidiano capaz de atrapar al espectador y arrastrarlo al más terrorífico de los abismos. Ni yo ni el resto de mis compañeros de jurado quedamos impasibles ante aquella cinta tan diferente a todo lo demás. Al final, no le dimos el premio (porque el señor Satoshi Kon se marcó una obra maestra con Millennium Actress) y la película terminó cayendo en el olvido de los fans. Casi 25 años más tarde, creo que ha llegado el momento de reivindicarla.

 

 

Víctor Esquirol - Comité de Selección

The Backrooms (Kane Parsons, 2022)

Por fortuna o por desgracia, puedo contar con los dedos de una sola mano las ocasiones en las que he sentido que el cine me estaba obligando a enfrentarme al futuro. A unas imágenes, a unas narrativas, a unos sonidos y a unos espacios con los que de ninguna manera podía tener yo ningún vínculo de familiaridad. La última vez que una pieza audiovisual me asomó a este -glorioso- abismo no fue en una sala de cine, sino en casa, a través de la pantalla de mi ordenador. Alojada en el canal de YouTube de su jovencísimo creador, la serie de vídeos de The Backrooms según Kane Parsons (AKA Kane Pixels) compone en su totalidad un largometraje fragmentado en el que, por obra del "noclipping", saltamos (o nos caemos) y quedamos suspendidos (y atrapados por siempre jamás) en el laberíntico limbo entre el cine y el videojuego, entre la imagen real, la animada y la filtrada por la nostalgia de la era del VHS... Entre el creepypasta y un miedo ancestral, atávico, universal: estar perdido en un lugar que no entiendes; que no tiene ningún sentido. Sentir que el vacío existe para que lo llenemos con nuestros peores terrores; que a la vuelta de cualquiera de sus infinitas esquinas, acecha ese monstruo contra el que no hay defensa posible: el futuro inmediato que ya forma parte de nuestro presente.

Disponible en el canal de YouTube de Kane Pixels

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