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Imatge d'Álex de la Iglesia al photocall del Festival de Sitges

Entrevista a Álex de la Iglesia

Lectura de 6 min.

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Por Xavi Sánchez Pons 

La nueva película de Álex de la Iglesia convierte las calles de Venecia en una trampa mortal. Veneciafrenia tiene un poco de todo: asesinos enmascarados, jóvenes zoquetes de fiesta y un antihéroe trágico que quiere salvar a la ciudad del turismo masivo. Hablamos con De la Iglesia, creador veneciofrénico.

¿Qué tiene Venecia para que sea una ciudad abonada al cine de suspense y de terror?

Es como un set gigante, para mi es una ciudad increíble, es el lugar más bello del mundo, y eso es lo que estoy contando en la película. Es uno de los pocos sitios que quedan donde la belleza aún está virgen, como si se hubiera conservado en el tiempo. Tiene mucho de género, es como una especie de cadáver en formol, es bellísimo y a la vez siniestro, es fascinante y al mismo tiempo da muchísimo miedo, sobre todo ese centro, lleno de luz y de esas mascaritas de porcelana que dan terror y grima.

¿Fue complicado rodar en Venecia?

A nivel técnico, es muy difícil rodar en Venecia. Puedes ir poco por la calle, todo el equipo de la película lo llevas en botes… Eso es un sin dios, es muy complicado. Fuimos aprendiendo poco a poco, ya nos lo advirtieron y teníamos un equipo extraordinario trabajando, pero se hizo muy complicado y a la vez muy apasionante y alucinante. Era un set gigantesco para nosotros, no había nadie, estábamos en el confinamiento.

No había turistas…

Eso mismo, no había turistas como en la peli (sonríe). Cuando terminábamos el rodaje cada día, al volver a casa nos paseábamos por una plaza de San Marcos vacía. De hecho, estaban vacíos todos los puentes y calles de la ciudad. Eso hacía que la experiencia fuera hipnótica. Algo que le vino muy bien a la peli.

Veneciafrenia nos pone a todos delante de un espejo para que veamos una realidad que no queremos ver: todos, de alguna manera, somos esos turistas occidentales que van de vacaciones y destruyen el encanto de las ciudades más bonitas del mundo.

Totalmente, es lo que dice un personaje de la película: ‘nosotros somos los culpables’.

¿De dónde surgió la idea?

Porque de pronto un día me sentí culpable. De pronto, un día pensé: pero si soy como toda esta gente. Ante todos los problemas de la vida intentas separarte y creer que son los demás, pero eres tú el primero, somos nosotros los primeros que estamos destruyendo el planeta, no solamente Venecia. La sensación que matamos lo que tocamos, lo que nos gusta. Es más, matamos precisamente lo que nos gusta. Venecia muere día a día por todos sus fans (ríe). Todas las ciudades están viviendo esa especie de muerte lenta, que además es como si les quitáramos la respiración asistida. Por ejemplo, estamos aceptando ya que el centro es el dominio del turista, dominio de la persona que no vivé ahí.

Relacionado con esto que comentas, hay un momento que un personaje de la película dice lo siguiente: ‘Turists are a disease, the plague of the century’. Y eso me hizo pensar también en la máscara tuneada de la plaga que lleva uno de los dos personajes que interpreta Cosimo Fusco. ¿Quién la diseñó?

La máscara del Doctor de la Peste es obra de Nekro, es un diseñador que me vuelve loco, y también ha hecho el cartel. El proceso de creación fue simple: apostar por el mundo de Nekro. Le dije do what you want, yo quiero el Doctor de la Peste y me imagino un doctor de la peste barroco y extraño.  Le dije imagínate si Venecia fuera tu mundo, y lo hizo exactamente como a él le gusta. Y la otra máscara, la del bufón, es una máscara auténtica de la commedia dell’arte, pero es de cuero y no de papel, y es de las más temibles y extrañas.

Los asesinos de las películas de terror suelen llevar máscaras, y tú has ido a Venecia, la ciudad de las máscaras, para hacer una película que tiene elementos de neo-slasher. Me parece una conexión genial.

Las máscaras han sido uno de los conceptos fundamentales en mi vida. Todos no nos podemos poner máscaras, pero las personas nos ponemos camisetas con máscaras. La máscara por un lado es un elemento que te protege, y por otro lado es un elemento que te define. Tú eres tú máscara porque quizás tu aspecto personal o tu mirada o tu identidad personal, no es lo suficientemente definitoria para uno, entonces se pone otra que sí es la suya, que si es la verdadera identidad. No estás escondiendo tu identidad sino al contrario, estás diciendo quién eres cuando te pones una máscara, te pones una camiseta o hablas de cine. Cuando nosotros hablamos de cine, nos definimos por las películas que nos gustan. Todo esto está muy presente en la película. Luego hay otro elemento muy interesante en Veneciafrenia que me gustaría resaltar, es que el público de los asesinatos en esta película son también los turistas. Los turistas son testigos de sus propias muertes y las celebran con alegría porque forman parte de su espectáculo y al mismo tiempo ellos también llevan máscara, ellos también están representando un papel, están diciendo también nosotros somos el carnaval, somos la ficción y formamos parte de ella. Hay un elemento importantísimo en la película, cada vez que el bufón comete un  crimen dice: es ficción.

Uno de mis momentos favoritos de Veneciafrenia es cuando uno de los lugareños grita en un bar ¡somos venecianos!. Me recordó al ¡mutantes, mutantes, mutantes! de Acción mutante.

Sí, es verdad (ríe). Y ese momento es muy de película de Dunwich, de Lovecraft, de pueblo minero con deep ones. O de grupo de pescadores costeros (ríe).

Cosimo Fusco, que interpreta dos personajes en Veneciafrenia, se ha convertido en tu nuevo actor fetiche. ¿Cómo lo conociste?

Lo conozco haciendo el casting de 30 monedas, me pasaron una foto y pensé joder que fuerza, ¿no? Cuando ya lo conozco descubro que es una joya de hombre. Primero es encantador, una persona con la se trabaja con muchísima facilidad. Y luego no tiene ninguna afectación, es un actor con mucha trayectoria y peso, pero lo que digo, no tiene ninguna afectación. Es más, el trabajó en Friends y eso de alguna manera le ha quitado toda gana de afectación. Es un tipo muy normal. Se trabaja muy bien con él porque te deja entrar en el proceso. Es curioso porque nos retroalimentamos, por un lado él me deja entrar, y por otro yo le digo, te respeto, hazlo tú, vamos a ver qué pasa. A partir de ahí yo marco, y le digo me gustaría así o así, pero parto de un material increíble que él ya trae de casa. Una de las mejores secuencias de 30 monedas, o quizás la mejor, es cuando Cosimo está en un hangar encadenado y dicen es el demonio y tal lo tengo aquí, lo tiene ahí Manolo Solo que dice, hace un mes que lo tengo (ríe).

Uno de los personajes que interpreta Cosimo Fusco tiene algo de antihéroe trágico. ¿Estás de acuerdo?

Completamente, le han matado a un miembro muy importante de su familia, y parece que está en una ópera de Verdi.

¿Qué nos puedes contar de la próxim película de The Fear Collection?

Será Venus de Jaume Balagueró y es la hostia. Estoy cumpliendo un sueño, no sabes lo buena que es la de Balagueró. Empieza a rodar en cuatro semanas.

Seguro que en esa película Balagueró se podrá volver loco otra vez…

¡Se lo exijo! (ríe) ¡Yo y Sony! Es curioso porque Sony me decía más más más… y yo, a ver tranquilos que esta no es película de pasarse mucho, pero querían más. Y con Venus le he dicho a Balagueró, ¡quiero que sea tu mejor película!

¿Nos puedes adelantar el argumento?

Es la adaptación de un relato de Lovecraft, como yo quería, de Los sueños en la casa de la bruja. ¡Es la hostia!

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